Prof. Dr. Gustavo Zubieta-Calleja
Instituto Pulmonar y Patología en la Altura (IPPA)
English version below
Nuevamente estamos en Octubre, cuando nuestros cielos se llenan de rayos solares maravillosos en toda Bolivia, pero…. ¿Chaqueos de nuevo? ¿Humo de nuevo? ¿Ciudades con el aire contaminado?
Este planeta es hermoso. Es el producto estrella del Universo. Todavia no hemos descubierto la vida fuera del planeta. ¿Se dan cuenta todos lo extraordinario y fantastico que esto es?
La tecnologia y la ciencia han avanzado a grandes pasos, sin lugar a duda. Los celulares, las computadoras, el vuelo, incluso el ir a la Luna. Notables logros de la inteligencia, la tenacidad, el esfuerzo de grandes hombres. Pero esos logros en perspectiva, son infinitesimalmente insignificantes, frente a la grandeza de la naturaleza. Uno de los elementos mas esenciales de la vida, es el oxigeno. Los humanos, los seres vivos, mas inteligentes del planeta, y quizas, aunque suene demasiado audaz, de todo el Universo, necesitamos de este precioso elemento: el oxígeno. Curiosamente, el oxígeno que respiramos, no fué producido en la tierra. Lo fabricaron grandes explosiones en el espacio. La tierra fue la ganadora de la loteria de su distribucion y su mezcla con temperaturas adecuadas, y otros elementos vitales. Llego atravesando espacios casi ilimitados para posarse en un planeta donde tambien hay agua, y todos los otros elementos preciosos de la vida. Pero es el oxigeno, el mas vital, por ser el que no puede ser guardado en el organismo. Podemos dejar de comer solidos y sobrevivir hasta un mes, dejar de ingerir liquidos y sobrevivir 1 semana. Pero dejar de respirar e inhalar el oxigeno solo podemos hacerlo unos 3 a 5 minutos. Si no ingresa a los pulmones el aire con 20.9% de oxigeno, estamos frente a la muerte. Es por eso que este elemento precioso, no tiene precio. Vale mas que el oro, pues el Coronavirus lo ha demostrado ampliamente. Podria ser el hombre mas rico, pero si no entraba suficiente oxigeno a la sangre para nutrir a los tejidos y a nuestro cerebro, todo se acabó. Es el fin a pesar de estar hechado en una cuna de oro.
Como médico especialista en medicina de la altura y habiendo trabajado durante 50 años a lado de mi Padre el Prof. Dr. Gustavo Zubieta-Castillo fundador de el Instituto Pulmonar y Patología en la Altura (IPPA), considero mi apremiante responsabilidad dar los mas importantes y urgentes consejos.
Desde el inicio de la Pandemia en Wuhan, China, me he visto atrapado como en una avalancha dedicando mi atencion y todos mis conocimientos, a lado de mi hija Natalia, medico de profesión al frente de batalla creado por este terrible Coronavirus-2 que desencadena la enfermedad denominada COVID-19. Recibi una gentil invitacion para participar en un programa radial sobre el Coronavirus en Enero de 2020. Mi primera reaccion fue la de rechazar la invitacion porque afirmé que yo no era epidemiólogo y realmente no sabia mucho de esta enfermedad, “colgando” así el teléfono. 5 minutos transcurrieron y volvieron a llamarme. Nuevamente escuché la amable voz de Jackeline Barriga, quien habiendo comunicado mi decision a Johny Villaroel gestor de la invitacion y director del programa Desarmado Discursivo, me decia que realmente querian que participara y diera mi opinion. Aparentemente, una previa entrevista en la radio de la UMSA, le habia agradado y sentía que yo deberia participar, junto al Dr.Nestor Taboada, el otro entrevistado. Reflexionando, acepté y ello cambio el curso de mi atencion y enfoqué todos mis esfuerzos a entender mejor a este tremendo virus con el único objetivo de salvar vidas.
En vivo, propuse la idea, de que las personas infectadas que llegaran al aeropuerto de La Paz, deberian ser aisladas en un reciento alejado de la ciudad y en el altiplano para evitar la progresion de la enfermedad. Ademas aduje, que la radiación ultra-violeta que se encuentra en niveles extremos en la altura, seria una ventaja frente al Coronavirus. Esa ultima afirmacion, basada en el concepto de las ventajas de la radiacion ultra-violeta en la altura como anti-baceriano, la había hecho 2 años antes en una publicación donde demostraba la longevidad extendida del hombre en la altura, comparada con los habitantes del llano, basado en un estudio de datos provistos por el SEGIP (https://www.zuniv.net/pub/Longevidad_Espanol.pdf). Posteriormente el 5 de Abril, 2020 publiqué un articulo en La Razón, en Marzo, donde afirmé que la radiación ultra-violeta nos protegería del COVID-19. Y evidentemente la progresion fue mas lenta en la ciudad de La Paz y el Alto inicialmente. Sin embargo, en Julio hubo un incremento importante de casos, que de todas maneras no llegaron nunca a sobrepasar los de Santa Cruz, aunque ambos departamentos cuentan con un numero similar de habitantes (La Paz, 2.9 M y Santa Cruz 3.37 M). Este incremento se dió porque en invierno la radiacion ultra-violeta está en su punto más bajo. Pero luego del solsticio de invierno, gradualmente fue aumentando la radiacion ultravioleta y concomitantemente empezaron a disminuir los casos de COVID-19, como vaticinamos. La incidencia de la mortalidad también es más baja en la altura, como lo confirmamos con el Dr. Freddy Armijo Subieta en varias oportunidades. La altura, sin duda alguna, es un protector contra la agresividad del Coronavirus, no solo por las caracteristicas ambientales, sino tambien por las caracteristicas biológicas de adaptación a la altura. Publicamos varios articulos científicos en revistas internacionales al respecto.
Cuando las publicaciones del exterior afirmaron que en Nueva York, en los hospitales mejor equipados del mundo, la mortalidad de los que estaban con ventiladores era de 88.7%, me pregunté: que esta ocurriendo en los pulmones con la agresion de este virus? Inmeditamente, me dí cuenta que no estabamos frente a una neumonia típica tipo SARS, como aducian los expertos de todo el mundo. Estabamos frente a una nueva enfermedad. Desarrollé la idea nueva para todo el mundo, de la neumólisis, la destruccion de los pulmones ocasionada por el virus. Lo mencioné por primera vez en la primera conferencia del Coronavirus en la India, donde fuí invitado a participar y colaboré activamente invitando a otros colegas. Se lo mencioné al profesor Italiano Paolo Pelosi autoridad mundial en ventilacion mecánica. El habia tratado a multiples pacientes en las unidades de trapia intensiva en toda la catastrofica pandemia en su país y todavia no comprendian claramente que ocurria. El 9 de Julio,2020 (coincidiendo con el 50 anniversario del IPPA) el periodico El Diario me hizo una entrevista y alli hable en Bolivia por primera vez de la Neumólisis. Luego fuí invitado a ser co-director del 2do Congreso mundial de Avances en el COVID con el Prof. Malali Gowda del Bangalore Genomics Center en la India. Llevamos a cabo dicho exitoso evento del 27 al 30 de Agosto, 2020 con presencia de grandes científicos como el Dr. Andrew Pollard, un amigo, director de la Vacuna de Oxford, y el Dr. Robert Gallo, uno de los descubridores del virus del SIDA, entre otros notables cientificos, a quienes invité. Allí expuse en más detalle la Neumólisis y la hipoxia silenciosa (baja del oxigeno), que puede llevar a la muerte subita. Hablé no solo de los estudios microscopicos sinó de la fisiopatologia de esta terrible enfermedad. El Prof. Pelosi presentó pruebas adicionales de la neumólisis, confirmando su existencia. Lo invité a dar con mi persona, 2 conferencias aquí en La Paz. Tambien publicamos con mi hija Natalia, sobre la neumólisis en el Boletin Nacional de Bioetica, dirigido por el Doctor Javier Luna Orozco.
El nuevo concepto “Neumólisis” desarrollado por mi persona, en referencia al compromiso serio ocasionado por el Coronavirus en la actual pandemia del COVID-19, se constituye en un factor de gran riesgo en esta epoca. El Coronavirus ingresa al pulmón por via inhalatoria y se anida ingresando por los receptores ACE-2 en los neumocitos (las celulas respiratorias en el pulmón), el material RNA del virus se reproduce y ocasiona la destrucción de estas celulas: Neumólisis (neumo=pulmón, lisis=destrucción).
Es por eso que se produce una lesión severa de diversas partes del pulmón (zonas blancas en la tomografía), ocasionando un descenso del nivel de oxígeno, evidenciado por el pulsoximetro digital. Los pulmones de los pacientes se van destrozando gradualmente conforme el virus se propaga y llegan a producir la “hipoxemia silenciosa o silente”. Hipoxemia (hipo=baja,oxemia=oxígeno en la sangre) que se mide con el pulso-oxímetro.
Volviendo a los chaqueos, en estas circumstancias el humo en el ambiente, es un factor seriamente agravante compromitiendo la salud, particularmente de los que no tienen acceso al oxígeno medicinal, lo que puede costarles la vida. El humo, además bloquea el ingreso de la luz solar, y por lo tanto, la radiación ultra-violeta que nos protege del coronavirus como lo afirmé en el articulo: Las ventajas de la radiacion ultra-violeta en el control del coronavirus en la altura (La Razon, 5 de Abril, 2020). Y recientemente a sugerencia del Físico Roberto Vera, lo analizamos en el Boletín: https://zuniv.net/pub/BOLETIN1Ambiente_13oct.pdf.
Los que logran sobrevivir al ataque del virus, se recuperan pero pueden quedar con un cuadro de fibrosis (cicatrización) pulmonar severo que disminuye la captacion de oxigeno y reduce su capacidad para hacer ejercicio. Es decir, quedan los pulmones con limitaciones. Ante estas circumstancias de insuficiencia respiratoria, el humo ocasionado por las quemas, es un factor seriamente agravante, que pone en riesgo la vida de los habitantes.
Mas aún, los pulmones de la naturaleza, son las plantas y los arboles que a traves de sus hojas y por la acción de los rayos solares generan el oxígeno en el planeta, a traves de un ciclo de metabolismo celular. Al destrozar estos “pulmones de la naturaleza”, por la quema, tambien se ve seriamente comprometido el medio ambiente de todo el planeta. Practicamente, todos los animales del planeta necesitan el oxígeno para sobrevivir. Es por eso que al igual que lo que se ha denominado Neumólisis a nivel pulmonar (de un micro-ambiente en nuestro cuerpos), debemos denominar Forestalisis (forestal=bosque, lisis = destrucción), Forestlysis en Inglés, a la destrucción de las plantas por la quema (de el macro-ambiente). Lo que, a su vez conlleva al compromiso de no solo la flora, sino también la fauna por agresión directa de las quemas y por la ausencia de fuentes de alimentación en base a plantas. FOTO (PERIODICO OPINION, 19 DE JULIO 2011)
En el COVID-19 el coronavirus destroza el pulmón del ser humano (Neumólisis) y produce la muerte. En los chaqueos (quema de los bosques) el ser humano destroza el pulmón de la naturaleza (Forestalisis). Esos irresponsables que prenden fuegos, son los “virus del planeta” y los que van a destrozarlo. Y de esta manera es un suicidio global comprometiendo nuestras vidas, todas nuestras plantas, todos nuestros animales, todo, absolutamente toda……… la vida!!!! Es por todo esto, ciudadanos bolivianos y de todo el mundo, que debemos dejar de producir chaqueos incontrolables, porque estamos hiriendo severamente a la madre tierra y esta Forestalisis (nuevo termino que invento), puede llevar a nuestro planeta a un éxito letal donde todos y cada uno de nosotros perderemos la más valiosa joya del universo: La vida!
This is the original article and the newspaper Pagina 7 published it as an interview
Forest Burns, COVID-19, Pneumolysis, Forestlysis
Prof. Dr. Gustavo Zubieta-Calleja
Pulmonary Institute and Pathology at Altitude (IPPA)
We are again in October when our skies are filled with extraordinary solar rays throughout Bolivia, but…. ¿ Forest burning again? ¿ smoke again? Cities with polluted air?
This planet is beautiful. It is the star product of the Universe. We have not yet discovered life outside the planet. Does everyone realize how extraordinary and fantastic this is?
Technology and science have made great strides, without a doubt. Cell phones, computers, flight, even going to the moon. Remarkable achievements of intelligence, tenacity, the effort of great men. Nevertheless, those achievements in perspective, are infinitesimally insignificant compared to the greatness of nature. One of the essential elements of life is oxygen. Humans, the most intelligent living beings on the planet, and perhaps, although it sounds too daring, the entire Universe, we need this precious element: oxygen.
Interestingly, the oxygen we breathe was not produced on earth. Great explosions made it in space. The land was the winner of its distribution lottery and its mixture with suitable temperatures and other vital elements. It came through almost unlimited spaces to land on a planet with water, carbon, and all the other precious elements of life. However, oxygen is the most vital element, as it cannot be stored in the body. We can stop eating solids and survive for up to a month, stop drinking liquids, and survive one week.
Nevertheless, to stop breathing (and inhaling oxygen) can only be done for about 3 to 5 minutes. If the air with 20.9% oxygen does not enter the lungs, we are facing death. That is why this precious item is priceless. It is worth more than gold because the coronavirus has amply demonstrated it. One could be the richest man on the planet, but if enough oxygen did not enter the blood to nourish the tissues and our brain, it was all over. It is the end despite being cast in a cradle of gold.
As a specialist in altitude medicine and having worked for 50 years alongside Father, Prof. Dr. Gustavo Zubieta-Castillo, founder of the Pulmonary Institute and Pathology at Height (IPPA), I consider it my pressing responsibility to give the most critical and urgent advice.
Since the Pandemic in Wuhan, China started, I have been caught, as if in an avalanche, dedicating attention and all knowledge with my daughter Natalia, a doctor by profession at the scientific forefront created by this terrible Coronavirus-2 that triggers the disease called COVID -19. I received a kind invitation to participate in a radio program about the Coronavirus in January 2020. My first reaction was to reject the invitation because I affirmed that I was not an epidemiologist and I really did not know much about this disease, so I rejected the invitation and hanged up. Five minutes passed by, and they called me again. Again I heard the gentle voice of Jackeline Barriga, who had communicated my decision to Johny Villaroel, manager and program director Desarmado Discursivo. They again asked me to participate and give my opinion. A previous interview on the UMSA radio had pleased him, and he felt that I should participate, along with Dr. Nestor Taboada, the other interviewee. Reflecting, I accepted and changed the course of my attention and focused all my efforts to understand this terrible virus better to save lives.
On the air, I proposed the idea that people infected with COVID-19 arriving to the airport of La Paz should be isolated in an adapted building away from the city and the altiplano. This, to prevent the progression of this terrible, highly transmissible disease. I also argued that ultraviolet radiation found at extreme levels at altitude would be an advantage over the coronavirus—that last statement, based on the concept of the advantages of ultraviolet radiation at high-altitude as anti-bacterial. This was exclaimed two years before, in a publication demonstrating the extended longevity of man at high-altitude, I compared to inhabitants of the lowlands, based on a study of data provided by SEGIP ( https://www.zuniv.net/pub/Longevidad_Espanol.pdf ).
Later on April 5, 2020, I published an article in La Razón in March, where I stated that ultra-violet radiation would protect us from COVID-19. As expected, the progression was slower in La Paz and El Alto initially. However, in July, there was an essential increase in cases, which in any case never reached those of Santa Cruz, although both departments have a similar number of inhabitants ( La Paz, 2.9 M and Santa Cruz 3.37 M ). This increase occurred because, in winter, ultraviolet radiation is at its lowest point. However, after the winter solstice, the ultraviolet radiation gradually increased, and concomitantly the cases of COVID-19 began to decrease, as we predicted. The incidence of mortality is also lower at altitude, as we confirmed with Dr. Freddy Armijo Subieta on several occasions. Without a doubt, high altitude is a protector against the coronavirus’s aggressiveness, not only due to environmental characteristics but also due to the biological characteristics of adaptation to high-altitude. We published several scientific articles in international journals on the matter.
When the foreign publications stated that in New York, in the best-equipped hospitals globally, the mortality of those with ventilators was 88.7%, I asked myself: what is happening in the lungs with the aggression of this virus? I immediately realized that we were not facing a typical SARS type pneumonia, as experts from all over the world adduce. We were facing a new disease. I developed a new concept for everyone, pneumolysis, the destruction of lungs caused by the virus. For the first time at the first Coronavirus conference in India, I mentioned it where I was invited to participate and actively collaborated by inviting other colleagues. I mentioned the idea to the Italian intensivist Paolo Pelosi world authority on mechanical ventilation, during the conference on COVID-19 in India. He had treated multiple patients in intensive care units throughout the catastrophic pandemic in his country, and they still did not clearly understand what was happening. On July 9, 2020 (coinciding with the 50th anniversary of the IPPA), the newspaper El Diario interviewed me, and there I spoke in Bolivia for the first time about the Pneumolysis. Then I was invited to be co-chair director of the 2nd World Congress on Advances in COVID with Prof. Malali Gowda from the Bangalore Genomics Center in India. We held this successful event from August 27 to 30, 2020, with the presence of great scientists such as Dr. Andrew Pollard, a friend, director of the Oxford Vaccine, and Dr. Robert Gallo, one of the discoverers of the AIDS virus, among others notable scientists, whom I invited. There I explained in more detail pneumolysis and silent hypoxia (low oxygen), which can lead to sudden death. I spoke not only about microscopic studies but also about the pathophysiology of this terrible disease. Prof. Pelosi presented additional evidence of pneumolysis, confirming its existence. I invited him to participate in 2 conferences with me, here in La Paz. We also published with my daughter Natalia, about pneumolysis in the National Bioethics Bulletin, directed by Dr. Javier Luna Orozco.
The new concept, “Pneumolysis”, developed by me, about the serious commitment caused by the coronavirus in the current COVID-19 pandemic, constitutes a high-risk factor at this time. The coronavirus reaches the lung by inhalation and by entering through the pneumocytes’ ACE-2 receptors (respiratory cells in the lung) nests within. The RNA material of the virus is reproduced and destroys these cells: Pneumolysis (pneumo = lung, lysis = destruction).
That is why there is a severe injury to various parts of the lung (white areas on the tomography), causing a drop in the oxygen level, evidenced by the digital pulse oximeter. The patients’ lungs are gradually destroyed as the virus spreads, leading to “silent or silent hypoxemia.” Hypoxemia (hypo = low, oxemia = oxygen in the blood) measured with the pulse-oximeter.
Returning to the forest burning started by people in the amazon areas. In these circumstances, the smoke in the environment is an incredibly aggravating factor compromising health, particularly those who do not have access to medicinal oxygen, which can cost them their lives. The smoke also blocks the entry of sunlight. Therefore, ultra-violet radiation protects us from the coronavirus, as I stated in the article: The advantages of ultra-violet radiation in controlling the coronavirus in high-altitude (La Razon, April 5, 2020) . Recently by suggestion of the Physicist Roberto Vera we analyzed this in the News Bulletin: ( https://zuniv.net/pub/BOLETIN1Ambiente_13oct.pdf).
Those who manage to survive the attack of the virus, recover. But they may be left with severe pulmonary fibrosis (scarring) that reduces oxygen uptake and reduces their ability to exercise. That is, the lungs are limited in their function. Faced with these circumstances of respiratory failure, the smoke caused by the burns is a seriously aggravating factor that puts the lives of the inhabitants at risk.
Furthermore, the lungs of nature are the plants and trees that, through their leaves and by the action of the sun’s rays, generate oxygen on the planet through a cycle of cellular metabolism. By destroying these “lungs of nature” through forest burning, the entire planet’s environment is also seriously compromised. Virtually all animals on the planet need oxygen to survive. That is why, like what has been called Pneumolysis at the pulmonary level (of a micro-environment in our bodies ), we must call Forestalisis (forestal = forest, lysis = destruction), Forestlysis in English, to the destruction of the plants by burning (of the macro-environment). This leads to the compromise of flora and fauna due to direct aggression from burning and the absence of plant-based food sources.
PHOTO (OPINION PERIODIC, JULY 19, 2011)
In COVID-19, the coronavirus destroys the human lung ( Pneumolysis ) and causes death. In the burning of the forests, the human being destroys the lung of nature (Forestalysis). The irresponsible people who set fires are the “viruses of the planet ” and those going to destroy it. And in this way, it is a global suicide compromising our lives, all our plants, all our animals, everything, absolutely all ……… life !!!!
It is for all this, Bolivian citizens and citizens from all over the world, that we must stop generating uncontrollable fires. Because we are severely hurting mother earth and this Forestalisis (a new terminology that I invent), it can lead our planet to a lethal outcome where everyone and each of us will lose the most valuable jewel in the Universe: Life!