por Gustavo Zubieta Castillo
Este articulo fué originalmente publicado en Rinconete, in extenso el 7 de marzo del 2003, pero actualmente solo se encuentra un par de paragrafos en ese website.
No parece extraño, ni sorprende, que uno intuitivamente perciba la relación que existe entre las matemáticas, la literatura y el arte. Cuando el escritor emplea el acento en una letra, está introduciendo en el lenguaje una medida de aumento de la intensidad en la forma de pronunciar una vocal; de manera que la ortografía, obedece a reglas matemáticas, de la misma manera que la teoría de la música, para la ejecución correcta de los sonidos en un instrumento musical.
Cuando el humano habla, y la emisión de los sonidos es válida para todos los seres , utiliza un instrumento musical constituido por tejidos orgánicos: la laringe. En la capacidad física de la “calidad” e intensidad del sonido, se funda la clasificación y subdivisión de la voz humana: aguda y grave. Femeninas : soprano, mezzo soprano, contralto, y en masculinas: tenor, barítono y bajo. Todos los fenómenos de naturaleza física son susceptibles de medirse y también los psíquicos. Se puede decir: que no hay fenómeno en el universo, cuyo estudio no lleve a la conclusión, de que exista una intima correlación de unos con otros de diferente naturaleza.
Siendo la literatura la expresión de un conjunto de conocimientos asociados al lenguaje, no puede excluirse de su estructura la presencia de las ciencias llamadas exactas y por lo tanto de las matemáticas. Las matemáticas y la literatura, como todo saber, están almacenadas y amalgamadas en los delicados centros nerviosos superiores, constituyéndose en una de las cualidades más grandes de la inteligencia: la memoria.
El lenguaje, expresado en palabras, no es otra cosa que una armoniosa asociación de experiencias del conocimiento, de diversa índole; que, en un momento determinado, forman una idea, un concepto que se exterioriza, como sonidos en el lenguaje hablado o mediante la escritura.
Las ideas originales, son eventos probabilísticos, del permanente ejercicio de pensar y meditar: la imaginación.
LA PROPORCION Y LA MEDIDA EN LA POESIA
La métrica en la construcción de un cuarteto en un soneto, no es otra cosa que la medida intuitiva de la utilización de un determinado número de palabras distribuidas equitativamente en grupos de sílabas. Y la consonancia, no es otra cosa que la utilización de sílabas, notas armónicas, sonidos u ondas físicas, producidas por la articulación de la palabra; agradables al oído formando una oración que tiene un significado.
El contenido del verso, parece tener en los últimos tiempos menor trascendencia que en épocas anteriores; por ese afán y la pretensión de encontrar la originalidad, y creatividad, dando más importancia a la musicalidad y abandonando el mensaje, Así parece haber nacido la poesía modernista y surrealista; corriente que ha tenido más éxito en la pintura, suplantado la perfección del dibujo por el color.
Los cuartetos y los tercetos son medidas de palabras agrupadas, con sentido lógico, que expresan verdades o fantasías; que por contener un sentido afectivo, son capaces de despertar las más íntimas reacciones emotivas del individuo.
Quién no conoce, desde las primeras experiencias de sus incursiones por la literatura, en el colegio u otra fuente de cultura, el soneto del genial poeta español Félix Lope de Vega y Carpio (1562-1635), como ejemplo de conocimiento de la métrica, término correcto de significación matemática. Y con placer ganamos la experiencia de cómo nace un soneto en la inspiración imaginativa del autor. Y ahí viene, como recuerdo, el ejemplo:
Soneto
Un soneto me manda hacer Violante,
En mi vida me he visto en tal aprieto;
Catorce versos dicen que es un soneto:
Burla burlando van los tres delante.
Yo pense que no hallara consonante,
Y estoy a la mitad de otro cuarteto;
Mas si me veo en el primer terceto,
No hay cosa en los cuartetos que me espante.
Por el primer terceto voy entrando
Y aún parece que entré con pie derecho,
Pues fin con este verso le voy dando.
Y estoy en el segundo, y aún sospecho
Que estoy los trece versos acabando:
Contad si son catorce y está hecho.
La mente del autor realiza una operación mental de carácter matemático; la diferencia radica, en el uso de palabras en lugar de números.
El autor hace un análisis numérico de lo que es un soneto. Esto no es novedad. ¿ Qué poeta no sabe que es un terceto y un cuarteto? Pero, cuando está en el proceso de inspiración, un mecanismo automático e intuitivo le hace utilizar una medida, de la misma manera que se utiliza el conocimiento para medir la distancia, o para medir la velocidad. Mientras la práctica avanza y gana en experiencia, la medida alcanza mayor precisión, sin la necesidad de utilizar un instrumento para medir; como el metro.
El desarrollo de la oración en la poesía termina con una analogía acústica, que define la cadencia y el ritmo del verso. Un fenómeno físico acústico ha sido medido subconscientemente.
El denominativo de Soneto, viene del termino italiano“ Sonette”, que significa sonido musical, grato al oído. Y siendo todo acto de medir, un proceso mental esencialmente matemático, se ha medido el sonido del sonette o soneto.
RELACION ENTRE LA IMAGINACION Y LA MENTE ESTADISTICA DE DON MIGUEL CERVANTES SAAVEDRA.
En la obra “DON QUIJOTE DE LA MANCHA” , la vida de dos personajes transcurre con una serie de aventuras de lo más inverosímiles, en el teatro de los acontecimientos cotidianos. La personalidad y el papel de Don Quijote y Sancho Panza, constituyen el centro del universo creativo e imaginativo de Don Miguel Cervantes Saavedra. Ambos personajes aparentemente son ficticios, pero al mismo tiempo, están presentes en nuestra vida cotidiana; por lo tanto, su existencia y presencia puede ser identificada en las estadísticas de cualquier población.
Para definir la personalidad y el carácter de los protagonistas de la obra Don Quijote de la Mancha con las matemáticas; empecemos por recordar que juega un papel muy importante en el análisis de todos fenómenos de la naturaleza, la curva descrita por el genial matemático Karl Friedrich Gauss (1777-1855); curva normal o curva en campana, como también se llama. No sólo en las ciencias; si no que, en el conocimiento humano, para el análisis de cualquier fenómeno de la naturaleza, actualmente no puede prescindirse de la curva normal de Gauss.
De la manera más breve e ilustrativa, recordemos que la curva normal o de Gauss ( y= e-x2), es una gráfica en forma de campana en un sistema de coordinadas de distribución de dos variables. La distribución de la frecuencia en la ordenada y los cambios del fenómeno observado en la abscisa, que puede ser de cualquier naturaleza; por ejemplo: talla, peso, carácter, personalidad. Curva en la cual se puede estudiar estadísticamente fenómenos de diversa complejidad.
Si la curva normal de Gauss en estadística, es una herramienta que tiene aplicación en las ciencias exactas puras y aplicadas; y tiene también utilidad, en las ciencias sociales y la psicología, ¿ entonces, por que no en la literatura?. Veamos.
La descripción precisa de la personalidad, encuentra dificultades en los métodos más cuidadosos de la Psicología; si se tiene en cuenta que, la diferencia entre los caracteres de los individuos que se encuentran en el rango de la normalidad, no presenta grandes diferencias identificables. Pero, no nos sorprendente comprobar a Don Miguel de Cervantes Saavedra describiendo, de una manera intuitiva, a los dos personajes centrales de su obra, Don Quijotes y Sancho Panza, con características diametralmente opuestas.
Física y psicológicamente, fácilmente identificables, con mente estadística, Cervantes Saavedra ha puesto a estos dos personajes, en los extremos de la curva normal de Gauss, sin tener noción de la utilidad de la estadística. Gauss aún no existía, y no se conocía ésta ciencia.
Si analizamos el peso corporal de Don Quijote, por su constitución física y tal cual lo imaginamos y lo ilustran los dibujantes, pesa alrededor de los 50 kilos, en contraste con Sancho Panza que esta ubicado en los 80 o más kilos. Si psicológicamente clasificamos estadísticamente, sus caracteres y sus comportamientos veremos que se alejan a los extremos, del sujeto que consideramos “normal”.
Don Quijote por sus características psicosomáticas, está más proclive a las enfermedades vasculares, hipocondríacas y del sistema nervioso. Contemporáneamente diríamos, por ejemplo, que es más susceptible a padecer de paranoia y de la enfermedad de Azheimer. A diferencia de Sancho, cuya predisposición más se inclina por las enfermedades digestivas, vasculares y a las afecciones que van acompañadas de hipertensión arterial; hoy diríamos, producidas por el exceso de colesterol. Amen, del papel que a cada uno de ellos les ha asignado Cervantes Saavedra, en el teatro de la vida.
Mimetizados y sublimados en diversos matices de su comportamiento y accionar, pueden ser objeto de estudio de múltiples variantes. Siempre en concordancia con el papel que el autor, les hace representar en su innumerables aventuras en la Mancha, los personajes también viven, en un área que geográficamente existe.
Podemos concluir diciendo: Que la literatura y las matemáticas son conocimientos recíprocos y complementarios, y sin percatarnos los utilizamos a diario en todas nuestras expresiones.